Mi hermano es intolerante a la lactosa, así que siempre que puedo, intento encontrar recetas que no lleven leche ni derivados para que él pueda tomarlas sin problema. Otra solución es usar la leche sin lactosa que él bebe, que sabe igual que la normal y además no cambia las texturas al usarla en las preparaciones. Esta receta de bizcochitos de piña está totalmente libre de lactosa y es ideal para acompañar el té o el café en la sobremesa. Tienen una textura muy suave y un sabor delicado que no empalaga.
Ingredientes para media docena de bocaditos: *
Elaboración:
En un bol, batir las yemas con el azúcar hasta que blanqueen. Verter el aceite, el zumo, la sal y mezclar. Tamizar la harina junto con la levadura y añadir en dos veces a la masa, removiendo sin batir demasiado. En otro cuenco aparte, montar las claras a punto de nieve. Cuando estén listas, incorporar en la mezcla primera removiendo con una paleta suavemente con movimientos envolventes y así evitar que bajen las claras. Cortar la piña en trocitos pequeñitos y añadir en la masa.
Precalentar el horno a 180 ºC. Poner la mezcla en moldes (se pueden usar flaneras metálicas forradas de papel sulfurizado, cápsulas de papel rizado, tartaletas engrasadas con aceite y harina...) llenándolos casi hasta arriba, porque suben un poquito pero luego bajan. Hornear durante 15 minutos a 180 ºC sin abrir la puerta del horno, y poniendo atención porque pasan de blancos a tostados en un santiamén. Introducir un palillo para comprobar que están hechas por dentro y dejarlos un poquito dentro del horno para que se enfríen lentamente y no bajen demasiado.
Dejar enfriar antes de servir y decorar con un poco de azúcar glas por encima.
* Las cantidades están pensadas para una sola hornada en una bandeja pequeña.
Nadie lo cató
Publicar un comentario