Fotomerienda: 03/2011

Preámbulo de un almuerzo


A veces no hacen falta elaboraciones complicadas o decenas de ingredientes para que un plato sea exquisito. Tan sólo buenas materias primas, aceite de oliva, sal y un par de truquillos.

El truquillo de los espárragos es hacerlos a la plancha con aceite de oliva y el fuego bien fuerte. Cuando estén tostaditos, sacarlos y en ese momento ponerles un poco de sal. Añadiéndosela después y no en la sartén se consigue que no se ablanden al cocinarlos.

Del salmón no mucho que decir. Casi lo mismo pero sin aceite, que es un pescado con mucha grasa propia. La sartén caliente para que quede sellado por fuera y jugoso por dentro. La sal al final.

Cómo encontrar la felicidad en un vaso de leche y un pastel

Una merienda sin foto no es una auténtica fotomerienda

Rosquillos de leche condensada


¿Quién se resiste? Encontré la receta en Mi dulce tentación y sabiendo que tenía una lata de leche condensada en la despensa, yo por supuesto que no me pude resistir.

Ingredientes (para unas dos docenas de rosquillos):

  • 1/2 lata de leche condensada (unos 200 g)
  • 2 huevos
  • la ralladura de un limón pequeño
  • harina "la necesaria" (yo utilicé aproximadamente 300 g)
  • 1/2 sobre de levadura química
  • aceite de oliva
  • 3 cucharadas de azúcar
  • 1/2 cucharada de canela


  • Elaboración:

    En un bol, mezclar la leche condensada con los huevos y la ralladura del limón batiendo durante 10 minutos. Añadir la harina "necesaria" junto con la levadura hasta formar una masa que no se pegue a los dedos. (Yo al principio removí con las varillas, luego con una cuchara y finalmente con las manos.) Se aprecia exactamente cuándo la masa comienza a despegarse al cuenco en el que la estemos trabajando y ya no admite más harina.
    Tomar porciones pequeñas de masa y hacer unos churros con ella. Unir las dos puntas dando forma de rosquillo. Freír los rosquillos en abundante aceite a temperatura media (aunque en la receta original pone "caliente"), para que no se quemen demasiado rápido por fuera y a la masa le dé tiempo a subir. Al sacarlos del aceite, rebozar los rosquillos en azúcar mezclado con canela.

    Están riiiiiiiiicos.


    * Por un fallo en la lista de la compra tenía en la despensa harina de bizcochos en vez de harina de repostería. Como este tipo de harina ya lleva incorporado gasificante, hice la masa sin usar levadura y creo que resultó igual de bien.

    Galletas colapsadas

    Deberían llamarse galletas agrietadas pero hubo asientos diferenciales, aparecieron fisuras, se convirtieron en grietas y colapsó la estructura. (No os preocupéis si no entendéis lo anterior, es un chiste muy malo para los arquitectos que lean este blog.) Las galletas no han salido como idealmente debieran, pero he intentado corregir los defectillos en la receta.

    Ingredientes (para 10 unidades hermosas) :

  • 80 g chocolate puro (el de Valor va genial)
  • 20 g mantequilla
  • 1 huevo
  • 50 g azúcar
  • 1 cucharadita de azúcar avainillado
  • 50 g harina
  • 50 g almendras crudas con piel, molidas
  • 1 cucharadita de canela en polvo
  • 1 cucharadita de levadura química
  • 50 g azúcar glas para rebozar las galletas


  • Elaboración:

    Derretir en el microondas a poca potencia o al baño maría la mantequilla con el chocolate y dejar enfriar unos minutos.

    En un bol, batir el huevo con los dos tipos de azúcar hasta que blanquee y doble de volumen. (Este punto es importante. Que los huevos monten bien influirá en que el resultado sea más esponjoso.) Agregar el chocolate con la mantequilla ya tibios y mezclar.

    En otro cuenco aparte, tamizar la harina, la canela, la levadura y poner las almendras molidas. Mezclar esos ingredientes sólidos e incorporar la mezcla de huevo y chocolate. Remover con una paleta sólo hasta que quede homogéneo, sin trabajar demasiado la masa. Reservar en la nevera durante al menos hora y media.
    Cuando la masa haya enfriado quedará con consistencia tipo mousse. Formar pequeñas bolas del tamaño de una nuez (creo que mi nuez era bastante generosa) y rebozarlas con azúcar glas hasta que queden bien cubiertas.

    Precalentar el horno a 150-160 ºC (dependerá del horno). Colocar las bolitas en la bandeja del horno sobre papel sulfurizado, aplanándolas ligeramente con la mano y bien separadas unas de otras.

    Hornear entre 15 y 20 minutos hasta que craquelen y se note que están hechas por fuera. Tras sacarlas, dejar enfriar encima de una rejilla para que queden crujientes por fuera, que por dentro estarán blanditas.


    * Cosas que yo hice mal I: Mis galletas no son compactas y se desparramaron por la bandeja porque puse el horno a demasiada temperatura. Las hice a 170º y en vez de quedar más... como sapitos gordos, colapsaron.


    ** Cosas que yo hice mal II: No quedaron crujientes por fuera porque no tengo rejilla para enfriar y se humedecieron. No obstante, de sabor están riquísimas.



    *** A mí particularmente me gusta el puntito de amargor de la almendra con piel, pero se pueden usar almendras crudas peladas, o variar la proporción harina/almendra, pasando de un 50-50 a un 60-40.



    **** Si las preparáis no seáis ansias. Esperad a que se enfríen para comerlas porque están infinitamente más ricas.

    Tarde de Alfaguara

    Rodaja de limón con ausencia de mosto